Síndrome de Down


21 de marzo, ¡Día Mundial del Síndrome de Down!

El síndrome de Down es un trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21(o una parte del mismo), en vez de los dos habituales, por ello se denomina también trisomía del par 21. Se caracteriza por la presencia de un grado variable de discapacidad cognitiva, retraso del crecimiento y unos rasgos físicos peculiares que le dan un aspecto reconocible. 


Trisomía del cromosoma 21
¿Cuáles son las causas?

Todavía no se conocen con exactitud las causas que provocan el exceso cromosómico, aunque se relaciona estadísticamente con una edad materna superior a los 35 años. 


Las personas con síndrome de Down tienen una probabilidad superior a la de la población general de padecer algunas enfermedades, especialmente de corazón, sistema digestivo y sistema endocrino, debido al exceso de proteínas sintetizadas por el cromosoma de más.
Los avances actuales en el descifrado del genoma humano están revelando algunos de los procesos bioquímicos subyacentes a la discapacidad cognitiva, pero en la actualidad no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado mejorar las capacidades intelectuales de estas personas.
¿Qué tratamientos existen?



Los únicos tratamientos que han demostrado una influencia significativa en el desarrollo de los niños con Síndrome de Down son los programas de Atención Temprana, orientados a la estimulación precoz del sistema nervioso central durante los seis primeros años de vida. Especialmente durante los dos primeros años el SNC presenta un grado de plasticidad muy alto lo que resulta útil para potenciar mecanismos de aprendizaje y de comportamiento adaptativo.

En cuanto a la intervención educativa, en muchos casos, la adaptación curricular permite una integración normalizada en colegios habituales, aunque deben tenerse en cuenta sus necesidades educativas especiales

A continuación, os dejamos una guía con las características que presenta un alumno con Síndrome de Down en el aula y con medidas de intervención educativa que se pueden tomar:


La edad mental que pueden alcanzar está todavía por descubrir, y depende directamente del ambiente educativo y social en el que se desarrollan. Los contextos en los que se desarrollan deben ser estimulantes, ya que de este modo les ayudan a que generen conductas de superación que impulsan el desarrollo de la inteligencia. Como consecuencia, es imposible determinar los trabajos y desempeños que pueden conseguir durante la vida adulta. Potenciar sus iniciativas y romper con los planteamientos estáticos que históricamente les han perseguido son compromisos sociales ineludibles que las sociedades actuales deben atender.

Por último, os dejamos un vídeo muy emotivo, ideal para la reflexión, que se ha realizado este año por el 21 de marzo. 


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