Discapacidad auditiva

¿Qué entendemos por deficiencia auditiva?

La deficiencia auditiva se da cuando hay alteración en la percepción de los sonidos.

Pero, ¿Se puede decir que todas las personas que presentan dicha alteración tienen sordera?

La respuesta es no, pues hay que diferenciar entre dos conceptos:

Sordera: cuando la alteración es muy elevada; cuando la audición residual imposibilita la comprensión del habla por vía auditiva. Se da la pérdida de la función auditiva.

Hipoacusia: cuando la alteración es significativa o parcial; cuando la audición residual hace difícil pero no imposible la comprensión del habla por vía auditiva. Hay una disminución de la función y agudeza auditiva. 

Cabe destacar que la OMS considera sorda "Toda persona que no es capaz de percibir los sonidos con la ayuda de aparatos amplificadores".




Encontramos distintas clasificaciones de sorderas e hipoacusias, según el momento en qué aparece la pérdida auditiva, según la parte del oído con la pérdida auditiva o según el grado de pérdida auditiva. Dependiendo del tipo de sordera o hipoacusia que el alumno tenga, ésta presentará unas características u otras y necesitará un tipo u otro de adaptaciones.

En primer lugar, según el momento en qué aparece la pérdida auditiva, encontramos la sordera congénita pre-locutiva y la sordera adquirida post-locutiva. La primera, hace referencia a la aparición de la sordera desde el nacimiento o antes de desarrollar el lenguaje, por lo que estos alumnos/as presentan problemas para desarrollar el lenguaje oral, y su comunicación es mediante un sistema alternativo al lenguaje oral. Y la sordera post-locutiva, al contrario, surge cuando el alumno ya ha desarrollado el lenguaje, por lo que estas personas tendrán errores de lenguaje, pero podrán comunicarse mediante el lenguaje oral.

En segundo lugar, según la parte del oído con la pérdida auditiva encontramos, por un lado, la sordera conductiva o de transmisión, y por otro, la sordera perceptiva neurosensorial.

En cuanto a la sordera conductiva, la sordera se produce en el oído externo o medio, por lo que la alteración de sonidos afecta a la intensidad y a la transmisión de vibraciones sonoras, pero el resto del oído no presenta alteraciones por lo que los sistemas aumentativos como los audífonos son adecuados para este tipo de sordera. 
En lo referente a la sordera neurosensorial, la alteración de los sonidos se produce en el oído interno. En este caso, los audífonos ya no funcionan, pues aunque aumenten la intensidad del sonido, este no será percibido por el nervio auditivo. Para que estos alumnos/as puedan oír existe otro sistema aumentativo como es el implante coclear. Las personas con este tipo de sordera tendrán dificultades para desarrollar el lenguaje oral de manera natural.
Respecto al grado de pérdida auditiva, esta puede ser ligera, media, severa o profunda. Ser ligera si está entre 20 y 40 decibelios. Estos alumnos hablan bien aunque con algún error puntual. La pérdida será media cuando esté entre 40 y 70 db. Estos alumnos oyen si se les habla más fuerte y también pueden hablar aunque con bastantes errores. La pérdida es severa cuando está comprendida entre 70 y 90 db. Estos únicamente dicen palabras sueltas y su habla es poco inteligible. Y, por último, la pérdida es profunda cuando está por encima de 90 db. En este caso no hay habla y se comunican mediante un sistema alternativo de comunicación.

CASO PARTICULAR

Nos encontramos con Roberto, un alumno de 8 años que tiene sordera desde el nacimiento. Se encuentra escolarizado en un Centro de Educación Infantil y Primaria Ordinario y, actualmente, cursa tercero de Educación Primaria.

Según lo que hemos visto anteriormente, el tipo de pérdida auditiva de este alumno es pre-locutiva, ya que se presenta antes de aprender el lenguaje. Además, este alumno tendrán afectada la parte interna del oído, y una pérdida severa en ambos oídos. Al tener dañado el oído interno, el audífono será ineficaz para él, y la tecnología que podrá servirle de ayuda será el implante coclear.

Una vez el alumno ha sido diagnosticado, en el centro, el orientador deberá realizar el Informe psicopedagógico, regulado por la Orden de 15 de mayo de 2006, de la Conselleria de Cultura, Educación y Deporte, con toda la información y, a partir de este, se dan pautas de actuación a nivel curricular, apoyo si lo necesitara y se asesora a las familias.

Tras esto, se deben conocer las características de este alumno en los diferentes ámbitos y contextos y cómo influyen en su proceso de aprendizaje, para tratar de concretar cuáles son sus necesidades.

Una vez se conocen las necesidades del alumno, tenemos que integrar todos los datos del informe y diseñar una propuesta curricular adaptada que ayude a nuestra alumna y de acuerdo a sus necesidades educativas. En nuestro caso, la atención a una discapacidad auditiva requiere una planificación de la atención directa y, también, del proceso de enseñanza mediante la coordinación entre los profesionales que directa e indirectamente intervienen con el niño. El profesorado de apoyo colabora en la consecución de los objetivos del currículum, a través de la intervención directa, la elaboración de materiales y el asesoramiento a los tutores. La forma de organizar la atención directa va a depender de las necesidades del alumno, de la finalidad del apoyo, del tipo de contenidos y de la dinámica de aula. 

Para realizar las adaptaciones, a continuación, os dejamos dos guías en las que se ofrece gran cantidad de estrategias para realizar tanto dentro como fuera del aula con el alumno que presenta la discapacidad.


En este material educativo se recogen las diferentes estrategias de comunicación que los docentes pueden poner en práctica en el aula, los recursos técnicos y humanos existentes y una serie de conocimientos útiles, sencillos y prácticos, que faciliten su labor con los alumnos sordos, y/o con discapacidad auditiva. Esta guía pretende recoger la diversidad de necesidades y características de los alumnos sordos en el aula, partiendo de su característica común: las barreras de comunicación.
Acceso a la guía



Esta guía tienen como finalidad responder a las numerosas preguntas que se plantea el profesorado de educación secundaria sobre cómo tratar a los alumnos sordos. Estas dudas reflejan su preocupación por ofrecer una educación de calidad a este tipo de alumnado y ponen de manifiesto la necesidad de establecer recursos que faciliten la atención educativa del alumnado sordo. En ella se identifica, en primer lugar, a este tipo de alumnado: quienes son, cómo acceden al currículum, cómo son sus familias, etc. Pasa, posteriormente, a analizar estrategias de enseñanza dentro y fuera del aula.
Acceso a la guía

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